Con la masificación del correo electrónico y las redes sociales, muchos creen que los sÃmbolos, como la arroba, son capaces de adquirir la personalidad de las letras. Sin embargo, las normas ortográficas dicen lo contrario.
Los mensajes polÃticos deben respetar las normas de la ortografÃa para garantizar una comunicación clara, correcta y precisa. Una buena redacción potencia, además, la marca personal.