El prestigio del periodista se ha devaluado en los últimos, sobre todo porque descuida la rigurosidad y calidad de los textos. Si no se reacciona a tiempo, podrÃa debilitarse más su credibilidad.
El reto de los periodistas es mejorar la calidad de sus textos, apostar por mensajes claros y coherentes, dominar las normas lingüÃsticas y trabajar con mayor rigurosidad.
Las redes sociales no son responsables de la “barbarie sintácticaâ€, sino los millones de usuarios que escriben sin respetar las normas lingüÃsticas.
En tiempos en que se necesita mejorar la calidad de la redacción, el uso de la arroba en las comunicaciones del Gobierno no aporta a la promoción de la buena escritura.